Volviéndonos locos.

"Prohibido amar, enamorarse, besar, tocarse, se prohíben las caricias, las miradas que hablan por si solas, los revolcones al amanecer, la pasión en un simple abrazo, usar los bancos que hay en el parque, bañarse en las fuentes, y en las playas, se prohíbe pisar el césped, está prohibido correr o correrse..."

¿Soy la única a la que le gustaría ser taxista? De verdad, creo que es un trabajo estupendo. Conoces gente muy diferente todos los días. Amigos de un día. Borrachos de fin de semana que arreglan el mundo en el asiento trasero de tu trabajo. Gente con prisa, con estrés, y gente que no sabe a dónde ir, que simplemente se monta porque necesita sentir que alguien le esperara cuando se baje. Si hay suerte, será una persona simpática, o puede que ni este cerca de serlo. Pero ahí estas tú, para conocer a todo aquel que levante la mano y grite taxi. De cada persona aprendes algo diferente; que no es bueno mezclar calimocho con ginebra, que si no existieran las comunidades España iría mucho mejor, que la pelirroja ya ha olvidado a Héctor, que le van a dar por culo. Y así, cantidad de historias diferentes todos los días. Gente a la que consigues hacer sentirse bien solo con darles una parte de tu día para poder hablar. Y que demonios, tú también puedes hablar. Olvidar el, ¿A dónde quiere ir? Pues, para hoy, han dado lluvias. Ir directamente al, ¿sabe que Señora? Creo que voy a dejar a mi mujer, lo nuestro ya no es lo que era. No hay pasión, por no haber, no hay ganas ni de que me escuche roncar. Y usted, ¿A dónde decía que quería que le llevase? Voy sin rumbo, solo quería hacer un amigo de un minuto, por cierto, ¿Sabe usted donde van los patos de Central Park cuando se congela el lago? No, no lo sé. Pero se ha donde llevarla, ¿Le apetece un café?

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